"Popularizada, exagerada o demonizada, la teoría Gaia no significa conservación de la naturaleza y el regreso a la Diosa. Gaia es la superficie regulada del planeta que crea incesantemente nuevos medios ambientes y nuevos organismos.
"Pero el planeta no es humano, tampoco pertenece a los humanos.Ninguna cultura humana, a pesar de su capacidad para la invención, podría destruir la vida en este planeta, incluso aunque lo intentara.
"Más que una enorme colección de ecosistemas que interactúan, la Tierra vista como la fisiología regulatoria gaiana trasciende a todos los organismos individuales. Los humanos no son el centro de la vida, tampoco lo es cualquier otra especie en concreto. Los humanos ni siquiera son fundamentales para la vida. Somos una parte reciente y que crece rápidamente de un todo antiguo y enorme."
"En la cultura popular la idea confusa de Gaia toca la fibra mitológica. Gaia hace resonar el deseo de importancia de nuestras cortas vidas ligadas a la Tierra. La Gaia mal interpretada sustenta el puritanismo de nuestros días: el discurso feminista sobre los peligros de la «violación» y la destrucción de la Tierra iluminada por el sol. Durante siglos hemos personificado a la naturaleza. La adhesión a la teoría Gaia de los que odian la ciencia y de los que extienden la alarma en los medios de comunicación es impresionante. Los primeros culpan a la ciencia, que sólo es una forma de saber, de los excesos de la tecnología y los segundos utilizan la ciencia para justificar su burdo arte de vender programas de televisión y revistas."
"Gaia no es ni maliciosa ni cuidadosa en relación con la humanidad; es un nombre conveniente para un fenómeno de escala terrestre: la regulación de la temperatura, la acidez/alcalinidad y la composición de gases. Gaia es la serie de ecosistemas en interacción que componen un enorme ecosistema único en la superficie de la Tierra. Punto final."
Las pruebas fósiles registran que durante su historia de 3.000 millones de años la vida terrestre ha soportado numerosos impactos iguales o mayores que la detonación total de las cinco mil bombas de nuestro arsenal nuclear. La vida, y especialmente la vida bacteriana, es resistente. Se ha alimentado de desastres y destrucción desde el comienzo. Gaia incorpora las crisis ecológicas de sus componentes, responde brillantemente y una nueva necesidad se convierte en la madre de la invención.
Al principio, las bacterias tomaron el hidrógeno (H,) que necesitaban para sus cuerpos extrayéndolo directamente del aire. Después tomaron el sulfuro de hidrógeno (H2S) eructado por los volcanes. Con el tiempo, las bacterias verdeazuladas arrancaron átomos de hidrógeno del agua (H oxígeno). El oxígeno fue expulsado como un producto metabólico residual. Este residuo, al principio catastrófico, impulsó con el tiempo el crecimiento continuado de la vida. Los nuevos desperdicios ponen a prueba la tolerancia de la vida y estimulan su creatividad. El oxígeno que necesitamos para respirar comenzó como una toxina; todavía lo es. La liberación de oxígeno por millones de cianobacterias dio como resultado un holocausto mucho más profundo que cualquier actividad medioambiental humana.La polución es natural. «No desperdicies» es una exhortación, no una descripción. Los desperdicios de las cianobacterias se convirtieron en nuestro aire fresco."
"Los humanos obtene¬mos el hidrógeno que necesitamos comiendo plantas u otros ani-males. No podemos vivir sin él. Con frecuencia, los seres recién evolucionados crecen y se expanden rápidamente mediante la explotación de la energía, los suministros de alimento o los residuos ajenos. Pero la expansión de la población siempre cesa porque na-die puede comer o respirar sus propios residuos. Las poblaciones sufren un colapso o se frenan a medida que encuentran impedi¬mentos para su expansión. Este control del crecimiento es exactamente lo que quería decir Darwin con «selección natural». Gaia es la suma de estas crecientes, interactivas y murientes poblaciones; Gaia, una cubierta multiespecífica planetaria compuesta por miríadas de seres muy diferentes, es el único ecosistema gigante de la Tierra."
"A diferencia de cualquiera de los ecosistemas que la componen, Gaia es el genio del reciclaje. Groso modo un quinto de la atmósfera de la Tierra es oxígeno (02). Combinado con el hidrógeno (H2) o con gases que contienen hidrógeno (CH4, H2S, NH3), el oxígeno causa explosiones e incendios. Las reacciones que liberan energía transforman los gases reactivos en sus subproductos «gastados» o menos reactivos. Los gases reactivos como el hidrógeno (H2), el metano (CH4), el amoníaco (NH3), el yoduro de metilo (CH3I), el cloruro de metilo (CH3C)y varios gases de azufre son detectables en la atmósfera de la Tierra porque son creados continuamente por la vida productora de residuos más rápido de lo que pueden reaccionar."
"Mi antigua estudiante y vieja colega Lorraine 01endzenski y yo hicimos un vídeo en la Universidad de Massachusetts, Amherst (la antigua Facultad de Agricultura de Massachusetts). En el vídeo nuestra maravillosa amiga Betsy Blunt Harris —una microbióloga que ha estado enseñando a los profesores de los laboratorios de microbiología durante casi una década— introduce su mano cubierta por un guante a través de un orificio, una «fístula», practicado en el costado de una vaca sana. Los dedos de Betsy toman contacto con el rumen de la vaca, un estómago especial y enorme (uno de los cuatro que poseen todas las vacas y sus parientes rumiantes). Extrae de la fístula una pasta fibrosa de color marrón, principalmente hierba digerida sólo en parte. La pasta está tan plagada de microbios que debe ser altamente diluída antes de que podamos observarla a través de un microscopio. La comunidad microbiana de la vaca incluye extrañas células nadadoras, los protistas ciliados. En el rumen también viven muchas bacterias, la mayoría de ellas más pequeñas que los ciliados. Estos microbios realizan la tarea de la digestión del pasto. Sin ellos, ninguna vaca puede digerir la celulosa de la hierba. De hecho, en un sentido muy real, los microbios degradadores de celulosa son la vaca. Sin ellos no podría tragar, fermentar, regurgitar y volver a tragar. Ninguna vaca sería herbívora o rumiante sin estos intermediarios microbianos. Uno de los productos gaseosos de la digestión de la hierba es el metano. Las vacas eructan enormes cantidades de este gas. El metano bovino es parte del motivo de que el aire de la Tierra sea una mezcla química altamente inestable. Las termitas comedoras de madera también liberan metano. Como las vacas, albergan en sus entrañas microbios que rompen la celulosa en varios compuestos químicos. El dióxido de carbono, el metano, el nitrógeno y los gases que con¬tienen azufre son expulsados al aire por el ano de millones de ter¬mitas. Los sistemas gaseosos inestables a largo plazo de la atmósfera son el resultado de la incesante vida microbiana."
Lynn Margulis (1938-1911) microbióloga en "Planeta Simbiótico" ISBN: 84-8306-998-9
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