En la transcripción de una conferencia que Federico García Lorca dio después de su viaje a América en los años 1929 y 1930, acerca del poema "Norma y paraíso de los negros":
"Yo, solo y errante, agotado por el ritmo de los inmensos letreros luminosos de Times Square, huía, en este pequeño poema, del inmenso ejército de ventanas donde ni una sola persona tiene tiempo de mirar una nube o dialogar con una de esas delicadas brisas que, tercamente, envía el mar sin tener jamás una respuesta.
Pero hay que salir a la ciudad y hay que vencerla; no se puede uno entregar a las reacciones líricas sin haberse rozado con las personas de las avenidas y con la baraja de hombres de todo el mundo.
Y me lanzo a la calle y me encuentro con los negros. En Nueva York se dan cita las razas de toda la tierra pero chinos armenios rusos alemanes siguen siendo extranjeros. Todos menos los negros. Es indudable que ellos ejercen una enorme influencia en Norteamérica y, pese a quien pese, son lo más espiritual y lo más delicado de aquel continente. Porque creen, porque esperan, porque cantan y porque tienen una exquisita pereza religiosa que los salva de todos sus peligrosos afanes actuales.
Si se recorre el Bronx o Brooklyn, donde están los americanos rubios, se siente como algo sordo como de gentes que aman los muros porque detienen la mirada, tienen un reloj en cada casa y un dios aquí, del que solo se le ha visto la planta de los pies. En cambio en el barrio negro hay como un constante cambio de sonrisas un temblor profundo de tierra del óxido de las columnas de níquel y algún niñito herido de ofrece su tarta de manzana si lo miras con insistencia.
Yo bajaba muchas mañanas desde la universidad donde vivía, y donde era no el terrible mister Lorca de mis profesores, sino el insólito “sleepy boy” de las camareras, para verlos bailar y saber qué pensaban porque es la danza la única forma de su dolor y la expresión aguda de sus sentimientos y escribí este poema":
NORMA Y PARAÍSO DE LOS NEGROS
(El Poema de Federico García Lorca en Poeta en Nueva York)
Odian la sombra del pájaro
sobre el pleamar de la blanca mejilla
y el conflicto de luz y viento
en el salón de la nieve fría.
Odian la flecha sin cuerpo,
el pañuelo exacto de la despedida,
la aguja que mantiene presión y rosa
en el gramíneo rubor de la sonrisa.
Aman el azul desierto
las vacilantes expresiones bovinas,
la mentirosa luna de los polos,
la danza curva del agua en la orilla.
Con la ciencia del tronco y el rastro
llenan de nervios luminosos la arcilla
y patinan lúbricos por aguas y arenas
gustando la amarga frescura de su milenaria saliva.
Es por el azul crujiente,
azul sin un gusano ni una huella dormida,
donde los huevos de avestruz quedan eternos
y deambulan intactas las lluvias bailarinas.
Es por el azul sin historia,
azul de una noche sin temor de día,
azul donde el desnudo del viento va quebrando
los camellos sonámbulos de las nubes vacías.
Es allí donde sueñan los torsos bajo la gula de la hierba.
Allí los corales empapan la desesperación de la tinta,
los durmientes borran sus perfiles bajo la madeja de los caracoles
y queda el hueco de la danza sobre las últimas cenizas.
Sección II "Los negros"
En esta sección el autor recoge uno de los elementos fundamentales del entorno referencial neoyorquino, el mundo de los negros centrado en el barrio de Harlem.
El poeta toma una postura de solidaridad y denuncia ante la situación de esta raza (como lo indica su primera ilustración fotográfica "negro quemado") a la vez que alaba su vitalidad como pueblo.
En este conjunto aparece igualmente la composición "Iglesia abandonada" que aparentemente se aparta de esta temática. Sin embargo, su inclusión tal vez se explique por la desolación del poeta expresado en sus versos, semejante a la que siente el pueblo negro ante la pérdida de su paraíso, como se manifiesta en las dos creaciones dedicadas a este tema, "norma y paraíso de los negros" y "oda al rey de Harlem".
"Norma y paraíso de los negros"
Este poema como indica su título consta de dos partes bien diferenciadas.
La primera que ocuparía las tres primeras series de versos describe la norma de los negros lo que odian y lo que aman estando su extensión señalada en uno de los manuscritos el MSP por un guión.
Sin embargo, en la segunda, está expresado el "paraíso" de este pueblo que posee "la conciencia del tronco y el rastro". Este universo se concreta en un "azul sin historia", "sin temor de día", donde "sueñan los torsos bajo la gula de la hierba".
Pero el paraíso soñado no puede ser realidad en el mundo neoyorquino, en este en este "paraíso quemado" donde solo "queda el hueco de la danza sobre las últimas cenizas".
En esta composición aparece otro aspecto característico de estas creaciones, la localización espacial de los distintos escenarios que intervienen en un poema.
El adverbio "allí" repetido con frecuencia en estas creaciones, sirve para localizar espacialmente este paraíso perdido. Con este significado lo encontramos en "1910 (intermedio)" para señalar el tiempo feliz de su primera juventud, "allí mi mis pequeños ojos", y también en la composición "tu infancia en Menton" para indicar el paraíso amoroso que en que vivía el poeta "allí, León, allí furia del cielo".
Con significación semejante aparece en este poema de "Norma y paraíso de los negros", donde sirve para localizar el "paraíso" de este pueblo: "es allí donde sueñan los torsos bajo la gula de la hierba". Este ejemplo sirve para constatar, una vez más, la estrecha vinculación que establece el poeta entre los distintos estratos de la obra, en este caso, el paraíso perdido de su infancia, el de su amor pasado, y la añorado por el pueblo negro.
“Norma y paraíso de los negros”
Voz: Enrique Morente
Música y guitarra: Isidro Muñoz
Percusión: Tino di Geraldo
Coros: A Carbonell, El Negri y la voz del niño Carlos
Partituras del cante:
Un ejemplo de cómo se toca en la versión original de Morente
Odian la sombra del pájaro
sobre el pleamar de la blanca mejilla
y (en) el conflicto de luz y viento
en el salón de la
nieve fría de la
nieve fría de la
nieve fría.
Es por el azul crujiente,
azul sin un gusano ni una huella dormida,
es por el azul crujiente,
donde los huevos de avestruz quedan eternos
y deambulan intactas las lluvias bailarinas,
es por el azul crujiente.
Odian la flecha sin cuerpo,
el pañuelo exacto de la despedida,
la aguja que mantiene presión y rosa
en el gramíneo rubor de la sonrisa.
Odian la flecha sin cuerpo,
sin cuerpo.
NORMA Y PARAÍSO DE LOS NEGROS
El Niño Hardcore canta y toca
el tema de Morente en su "Omega"
por taranta y compás de Fandangos de Huelva.
(Cejilla al 6 por Fa# )
Con compás de Fandangos
de Huelva.
Las dos primeras estrofas se cantan según el fandango cané de Morente en
su “Norma y Paraíso de los negros” de Omega 1996.
La tercera estrofa
sigue la armonía
de
(y aquí un ejemplo trasladado al tono de Taranta Cejilla al 6)
Desde la cuarta estrofa se sigue el fandango cané del Alosno que canta Arcángel en el dorado.
Desde la cuarta estrofa se sigue el fandango cané que Manolo Sanlúcar compuso para su “Banderillas” de la obra “Tauromagia”.
Desde el verso “Los durmientes borran…” se vuelve a seguir el fandango cané del Alosno.
Las dos primeras estrofas se cantan
según el fandango cané de Morente
Cejilla 6 Fa#
Guitarra JC Maurel
Voz El Niño Hardcore
La tercera estrofa sigue la armonía de los fandangos de Encinasola.
Un ejemplo de cómo tocarlo en el tono de Taranta:
“Norma y paraíso de los negros”
4 primeras estrofas completas
Cejilla 3 por el medio
Guitarra JC Maurel
Voz El Niño Hardcore
“Norma y paraíso de los negros”
5a estrofa y estribillo final.
Cejilla 3 por el medio
Guitarra JC Maurel
Voz El Niño Hardcore
ole
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