jueves, 29 de marzo de 2012

El mito de la sociedad civil catalana. Examen de un relato persistente en el Libro de Estilo de Catatònia Triomfant

¿Más que un club?


Prat de la Riba
El concepto de sociedad civil ha condicionado toda la vida social y política catalana del siglo XX. Actualmente se insiste en los mismos tópicos sobre la excepcionalidad del fenómeno.
            Pero... ¿hubo alguna vez once mil vírgenes?            Título de una autodefinida "novela del donjuanismo", obra muy exitosa de 1930 del humorista madrileño Enrique Jardiel Poncela (1901-1952).

Vamos a revisar  un tópico repetido de manera incansable en los medios de comunicación barceloneses desde hace más de un siglo: la denominada "sociedad civil catalana". Tópico del que han hablado, y mucho, fuentes vulgarizadoras hispánicas de todo tipo. En todo el mundo, su existencia es axiomática. Su descripción, en cambio, destaca por la fragilidad o pobreza de los materiales y la escasez de los intentos. En consecuencia, nos vemos llamados a una tarea, llamemos forense, de comprobación. 

Companys
(...)Un glosario: definiciones de andar por casa

Repasemos las ideas. La expresión "sociedad civil" no aparece en los diccionarios, si bien es antigua y de uso habitual: inicialmente, en el siglo XVII, significaba "el conjunto de la cosa pública" (como en la obra de Adam  Ferguson, Assaig sobre la història de la societat civil, 1767; traducción  Península), pero con la progresiva definición del ámbito estatal y de la representatividad parlamentaria a lo largo de la segunda mitad del siglo XVIII, pasó a significar - especialmente del siglo XIX en adelante - el grueso de activos sociales organizados en cualquier ámbito privado fuera del control público, entendido éste como estatal. Así, la sociedad civil englobaría todas las actividades privadas de la sociedad: empresas económicas o financieras, comercio al por mayor y al detalle, asociaciones corporativas o de defensa colectiva, entidades políticas, agrupaciones culturales, organismos de protección mutua, y así sucesivamente. Es posible relacionarlo con la aplicación del Derecho mercantil, que utiliza el término para definir cualquier entidad (sociedad) que se puede constituir sin una forma especial, excepto en el supuesto de que se aporten inmuebles, en cuyo caso se distingue entre sociedades civiles particulares o universales.

            El antónimo de "sociedad civil" sería "poder público"(...) lo contrario de  sociedad civil.

            Y, frente a los contrarios confrontados - sociedad civil y poder público -, se erigiría una opción sintética, de encuentro:

            "cultura  cívica", noción acuñada por los politólogos norteamericanos Gabriel Almond y Sidney Verba en su obra La cultura cívica (1963).
                    (...)Para hacer un balance, podemos constatar que la noción de "sociedad civil" fue menospreciada en los largos años de estatolatría - la adoración del Estado como impulso decisivo de todo - que dominaron el siglo XX. Así fue, al menos, hasta que el abrupto giro político de Thatcher  y Reagan  y la correspondiente respuesta aperturista de Gorbachov , al abandonar la expansión del Estado asistencial (...) supuso la nueva revalorización internacional de la expresión "sociedad civil".
(...)
Los discursos de la posmodernidad

(...)con la década de los noventa se hundió la histórica exclusividad del Estado. Desde el Congreso de Viena en 1815, el criterio oficial era que un Estado sólo hablaba con otro Estado mediante la diplomacia (...) desde 1992, han ido surgiendo las ONG como una fuerza que ha conseguido imponerse en los escenarios antes exclusivamente diplomáticos, como la ONU: en las sonoras palabras de Kofi Annan (secretario general, 1997- 2006), tan significadas que, al ser citadas oficialmente, ni tan sólo se les pone fecha: "Hubo un tiempo en que Naciones Unidas sólo trataba con gobiernos. Pero, ahora, ya sabemos que la paz y la prosperidad no se pueden conseguir sin asociaciones que impliquen a gobiernos, a organizaciones internacionales, a la comunidad empresarial y a la sociedad civil" (http://www.un.org/issues/civilsociety).

            Los politólogos, sociólogos y todas las disciplinas urgían la creación de un concepto sustitutorio, y se redescubrió la idea de la "sociedad civil"(...) En España, Víctor Pérez Díaz ha divulgado la "sociedad civil española" como el componente decisivo de la transición democrática y el despegue de España como sociedad básicamente aquejada del hecho de ser rica.

            Pero toda esta movida postmoderna en torno a la sociedad civil ha tenido muy poco que ver con la dinámica catalana, incluso en el caso de Pérez Díaz, cuyos argumentos tendrían que haber servido al menos como aviso de un cambio de fondo. En Cataluña, sin embargo, nadie ha querido darse cuenta, y todos han seguido con los tópicos de siempre sobre la excepcionalidad catalana por el hecho de disfrutar de una sociedad civil singular, cuando ya no lo es tanto, y los catalanes, además, ya son masivamente funcionarios (aunque sea de la Generalitat). En Cataluña, la sociedad civil (no siempre designada con este nombre, aunque sí haciendo referencia a esa idea) ha condicionado toda la vida política y social a lo largo del siglo XX, de forma mantenida, incluso obsesiva.


Todos los sectores habidos han bebido de este abrevadero ideológico con auténtica sed de poder. Nunca se han sentido satisfechos del todo, ni han sentido saciada su sed, pero todos cantan las excelencias de la fuente surtidora. Y todos actúan como si el siglo XX tuviese que durar indefinidamente, cuando ya hace tiempo que se acabó.

 
Una reflexión historicista
Parece lamentable, pero es un hecho: la mentira resulta imprescindible. Cualquier conjunción social necesita, para sostenerse, un entramado de lo que podríamos llamar "sueños despiertos ". Es comparable al hecho de que los   individuos se apoyen en los vínculos personales idealizados, como el amor o la estima. La urgencia de la literalmente pavorosa necesidad emotiva, tanto individual como grupal, provoca que sentimientos del todo evanescentes se cosifiquen (o reifiquen): es decir, lo que sólo consiste en emoción huidiza y contradictoria, una suma confusa y contradictoria de pulsiones, culpabilidades y otras programaciones profundas, además de añadidos de presiones más  recientes o coyunturales, queda mentalmente transmutada en algo sólido, evidente, literalmente fehaciente. Los sueños despiertos, al contrario de los sueños dormidos, son del todo comunicables; aún más, se contagian y generan dependencia en las otras personas. Queremos creer. Aun estando compuestos de reflejos parciales y malentendidos, los sueños despiertos parecen reales, por la razón de que las emociones que suscitan lo son. Vayamos más lejos todavía: cualquier vida social consiste en sueño despierto o, como dirían, los vedánticos y budistas, en vana ilusión.

            Un sueño vertebra la sociedad catalana, en la medida en que existe tal cosa totalmente cosificada (...) Sin sueño despierto y ampliamente compartido no hay relato histórico, ni mitología política, ni las imprescindibles identificaciones que configuran la participación y garantizan su transmisión y contagio. Como en todos los casos, el sueño que justifica la noción de los "catalanes" es circular: hay que creer que existen los catalanes para que, en efecto, existan. Más concretamente, en la medida en la que el sueño despierto catalán se vuelve insistentemente tautológico, y, por tanto, más atractivo, de movimiento, más catalanista, el relato cosificado adquiere mayor densidad: los catalanes, según la suposición constituyente, son algo aparte, diverso de su marco legal o político, que es presumiblemente espurio, ya que cada sueño despierto tiene que determinar la realidad que lo rodea, y decidir qué hay de real, o mejor, de auténtico en las categorías empleadas. Pero en el relato soñado catalán, hay un hecho diferencial que no permite que tal cosa colectiva catalana, entendida como fáctica, se confunda con otras cosas que, de forma accidental, se  sobreponen. La suposición catalana, o mejor catalanista, es, dicho sucintamente, que la historia se ha equivocado y tiene que ser corregida, allá atrás, en el pasado, y no ahora.

            Los catalanes - siempre según el relato de sueño despierto - son diferentes del resto de los españoles y/o hispánicos porque trabajan, ahorran, son currantes. Es reconocido que también pueden tener mucha cara, que tienen terribles arranques que todo lo destrozan. Algunos, al elaborar este relato solipsista, apuntan a la equivocación histórica como culpable de esos arranques: si pudiesen ser, vivir su autenticidad, vivirían tranquilos y realizados. Pero si profundizamos en la narración compartida del sueño despierto, si extraemos el relato, y vamos al corazón del pueblo (un topos del casi olvidado dramaturgo Ignasi Iglèsies), queda demostrado que las ganas laboriosas del colectivo siempre se sobreponen a las furias, es decir: el seny (la sensatez), el sentido común racial, de nuestra tierra, de la tierra, puede con el arrebato. Y la sensatez, no hay que decirlo, es asociativa.


La suposición de la excepcionalidad catalana

Se ha podido leer la experiencia del Sexenio Revolucionario, de 1868 a 1874, como una tentativa, liderada por el reusense Joan Prim, de imponer alguna especie de proyecto barcelonés a la política española. Así, los muchos  catalanes que se embarcaron con Prim - como Laureano Figuerola o Víctor Balaguer, entre otros - representaban una variedad bien dispar de lecturas sobre la disyuntiva pays réel-pays légal, como también las abundantes contradicciones entre las visiones opuestas a la neo-whigista Gloriosa Revolución, los Mañé i Flaquer o Duran i Bas que desconfiaron del cambio dinástico o, más aún, del experimento republicano, y un Almirall, por ejemplo, al que le parecía poca cosa.

            Pero nadie dudaba, ya en 1868, de la verdad de la dicotomía española entre la laborista, febril y humeante Barcelona y la gandula, burocrática y cortesana Madrid. El dualismo entre fabricantes "claros y catalanes" y  funcionarios con pretensiones (el "Vuelva Vd. mañana" de Larra) quedó fijado como la grieta central frente a cualquier modernización de la sociedad española. Dentro del agudo gusto por la autocontemplación propia, se produjo el autodescubrimiento de la sociedad civil catalana a lo largo de la década siguiente, sobre todo una vez pasada la tormenta revolucionaria.

            Hacia 1880, cuando Valentí Almirall intentó proyectar un movimiento de identificación catalanista, basado en la confluencia proteccionista de patronos, abogados y obreros, al estilo de los republicanos norteamericanos, el tópico ya estaba sellado y convertido en una perfecta cosificación. 


Es más, la creación oficial en 1887 del Registro Civil de Asociaciones confirmó la percepción de la propia relevancia catalana. Por aquel entonces, la rivalidad Madrid-Barcelona, la lucha por la capitalidad española entre "la Villa y Corte" tradicional y la  "contracapital" barcelonesa, totalmente insatisfecha con el papel de capital de provincia (¿como Soria o Cuenca?), se había convertido en el hecho que dominó, sin ninguna duda, la vida política y social española hasta finales de la Guerra Civil de 1936-1939.

            El cliché de la trabajadora Barcelona (pronto transmagnificada en "la Barcelona de los trabajadores") se fundamentaba en muchas ilusiones, algunas de ellas muy ilusorias. Se basaba en la suposición de que existía una industria catalana poderosa, pero el hecho era más bien que la producción catalana era muy frágil, dependiente por sus bajos costes y por sus escasos márgenes de beneficio, obtenidos en talleres raquíticos con pocos operarios y, a menudo, con maquinaria de segunda o tercera mano. No había una grande bourgeoisie, sólida y arraigada, en Barcelona (ni en Sabadell, Terrassa, Mataró, y otras ciudades fabriles), sino muchos "señores Esteve", unos pocos indianos y negreros, y una familia Güell y otra Muntades, y para de contar. El tejido burgués (neologismo venido del francés al castellano a través del catalán) era bien fino, poca cosa, y estaba tan vacío como las ínfulas españolas de ser una gran potencia con una flota y un ejército de rango.  


En Barcelona, como en Madrid, todo dependía de las apariencias, aunque no compartían su  preocupación por los mismos indicadores de rango social, de ascenso o de descenso. La pobre realidad catalana quedó tapada por el recurso, tan español, al excepcionalismo, por la convicción de que la puntualidad y la ética del trabajo en Cataluña eran raciales, como lo eran el desorden y la  pomposidad juridicista castellana, En la práctica, la solidez catalana dependía más de la "sociedad de familias", el tupidísimo entramado social de parentesco, de matrimonios cruzados (dos hermanos con dos hermanas, un hermano con la viuda fraterna, los enlaces entre primos...) que garantizaban que el juego de apellidos fuera totalmente reiterativo, como lo eran las muchas fabriquillas que adoptaban nombres sonoros de empresa. Por eso, la agudeza del espíritu socarrón catalán, la sorna, el sarcasmo, la descarnada ironía del idioma pronto acababa con cualquier intento de echar las campanas al vuelo.

            Nadie iba a enganchar a los corrosivos catalanes, y menos los españoles o "castellanos", con el vacío estatal, raquítico injerto de liberalismo en un tronco dinástico y absolutista. Nadie, salvo, claro está, ellos mismos. A lo largo del siglo XIX, la sociedad de familias fue creando unos hábitos que tenderían a adquirir aspecto muy sólido a fuerza de evitar hablar con alguien que no compartiese los mismos criterios. Si la red de parentesco ya parecía bastante reunida en el Liceu, todas las sedes sociales, los encabezados de papel de carta y la decoración empresarial también fueron tomando vida propia hasta aparentar ser una auténtica sociedad civil. Barcelona no sería la capital de nada (más que de la provincia de Barcelona), pero era el aparatoso centro de una densa red de empresas y personas sociales, bendecidas por el caduceo de Mercurio, dios del comercio, además de por otras figuras de la mitología fabril y mercantil.

            Habían surgido algunas entidades emblemáticas: el Liceu (1847, reconstruido en 1861 y 1994), el Ateneu Barcelonès (1860, copiado del de Madrid, 1835, y del de Londres, 1823), y el modelo se extendió pronto, ya que los menestrales y autodidactos no se creían inferiores a los señores, burgueses como Dios manda. Así se fundó el Ateneu Igualadí de la Classe Obrera en 1863, el primero de una larga cadena de entidades populares dedicadas a la autoayuda y a la autopromoción, del mismo modo que las mutuas pagaban los entierros (nadie lo haría, si no lo hacían ellos). Y así, de entidad en entidad, se produjo el milagro de la sociedad civil catalana. ¿Existía? Pronto corrieron las imágenes del despertar de los muertos: la del ave fénix, emblema del   significativo periódico La Renaixensa, se convirtió en logotipo arquitectónico de la construcción de la Barcelona moderna; incluso la de Lázaro: "Surge et ambula", dice Cristo, y el cadáver despierta de su letargo (es el lema de la Biblioteca-Museu Balaguer en Vilanova i la Geltrú o del Primer Congreso de la Lengua Catalana en 1906).

            El catalanismo político, por tanto, se edificó, totalmente convencido, sobre unos fundamentos asociativos en apariencia firmes y, sobre todo, únicos en España. Unamuno muestra a Eugeni D'Ors la grandeza solemne de Salamanca y Xènius le replicó que hacían falta cafés de barrio a la francesa (o sea, como los que abundaban en el petit París du sud). 


La primera campaña electoral de la Liga Regionalista, tras un "cierre de cajas" o huelga de impuestos de tenderos, se presentó como la de los "cuatro presidentes" (en realidad, ex presidentes de la Societat Econòmica Barcelonina d'Amics del País, el Foment del Treball Nacional, el Ateneu Barcelonés, la Lliga de Defensa Industrial i Comercial) en donde las entidades suplían a las instituciones públicas. La estrategia de ligas confiaba en los fundamentos de la sociedad civil, de la que Prat de la Riba fue un adepto entusiasta. De semejante seguridad nació Solidaritat Catalana, en 1906, que arrasó en las elecciones de 1907 como "alzamiento", según el poeta Joan Maragall. Sólo la Revolución de julio de 1909 indicó que quizá no todo era tan sólido como se creía y Cambó, por entonces distanciado de Prat, promovió una encuesta y descubrió que había bien poca sociedad civil, más agujeros que otra cosa. Quedó horripilado, tapó los resultados y comenzó a insistir en la necesidad de acceder al Estado, como "socialismo estatalista". 

Prat ya había asaltado la Diputación barcelonesa y se divirtió de lo lindo inventando instituciones públicas que suplían las carencias privadas, mientras el discurso oficial catalanista era todo lo contrario. ¿Cuál es, pues, la justificación? Que Cataluña "actúa en función de Estado" (fórmula recogida por Alexandre Galí, en su vasta recopilación descriptiva de las instituciones catalanas y/o catalanistas - y esa distinción resultó ser otro problema -). Finalmente, gracias al pacto de Cambó, primero con el liberal Canalejas y después con el conservador Dato, se obtuvo la anhelada Mancomunidad interprovincial y Prat pudo seguir, hasta su muerte en 1917, inventando organismos. Su heredero "liguero" al frente de la interdiputación, el arquitecto Puig i Cadafalch, modernizó la política pratiana al crear empresas para el desarrollo (teléfonos, por ejemplo), a la vez que, desgraciadamente, buscó sin éxito someter a los intelectuales a su disciplina.

            Para cuando llegó la Dictadura del General Primo de Rivera, nacida en Barcelona el 13 de septiembre de 1923, todos conocían ya el truco catalanista de publicar manifiestos con interminables listas de asociaciones, que ya no impresionaba a los militaristas y españolistas, que intentaron hacerle frente endureciendo la capacidad de intervención de la provincia y la Capitanía. Pero los obreristas sí que habían aprendido y copiado la lección catalanista.


 
¿En qué falla la supuesta excepcionalidad catalana?

Desde 1808 España no ha tenido un régimen político exitoso que haya durado al menos cincuenta años seguidos.No ha disfrutado, pues, de una cultura cívica consolidada e incuestionada. Todo lo contrario, ha sufrido la desgracia de una cultura de guerra civil: el guerracivilismo parte de la noción antiquísima de "guerra civil", o sea, guerra entre secciones geográficas o facciones políticas de un mismo país o Estado; sería, pues, la idea de que, durante un período largo y a partir de un conflicto interno violento particularmente traumático, una  sociedad está estructurada de forma escindida y partisana, en dos (o quizá más) grandes bandos ideológicos, que, identificados vagamente con derecha e izquierda, agruparían y resumirían las simpatías y enemistades de la contienda pasada, argumentando que el nacimiento de todo parlamento surgido de la experiencia histórica de una sociedad refleja esa "cultura de guerra civil", en la medida en que los grandes bandos ideológicos y parlamentarios reflejan al menos parcialmente los criterios de las partes en la guerra civil. Los ejemplos primordiales serían el Parlamento inglés de la Restauración después de 1660 o el francés, tras la Restauración borbónica en 1815.

            La tradicional pretensión catalanista ha sido que los problemas españoles no eran suyos. Las guerras civiles españolas - por tanto, forasteras - recaían sobre los pobres catalanes sin que éstos supiesen por qué. Es un bonito giro argumental, pero totalmente falso, ya que ha existido un guerracivilismo muy catalán, más o menos sostenido, desde el siglo XIV. Bandositat, en catalán, y particularidad, en castellano, son sinónimos, y describen un Antiguo Régimen catalanesco, anterior al llorado 1714, que fue un combate incansable a golpe de pedernal, que aportó al castellano la noción de pundonor (o punto de honor). En su sentido político, particularidad se puede entender a partir del término particularismo, definido por el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia como una "preferencia excesiva que se da al interés particular sobre el general; propensión a obrar por el propio albedrío". Hay que añadir una palabra más, muy propia: polarización. Esta palabra viene de la ciencia política y es una extrapolación de un término propio de la física (no reconocida en los diccionarios españoles o catalanes), que alude al hecho de girar, crecer, actuar, pensar en un sentido concreto, como si fuese el resultado de una atracción o repulsión magnética; así pues, la tendencia a la radicalización de posturas políticas cada vez más extremas e inclusivas que acompaña la ruptura social y el estallido de guerra civil.

            Desde 1919, la CNT -el anarcosindicalismo, sin partido político ni interlocutores fijos- había exigido entrar, y por la puerta grande, en la sociedad civil catalana. Obreros y patronos organizaron el mercado de trabajo, sin  arbitraje estatalista. Se le denegó el acceso y respondió a tiros. Los  empresarios se sintieron débiles. No es de extrañar que los protagonistas del sindicalismo patronal (o sea, agrupar a los patronos) fuesen los más pequeños, pero fachendosos, dueños de taller (como el famoso Graupera, con el puro en los dientes). Tampoco debe sorprender que el "sindicalismo libre" - de raíz católica y carlista - surgiera de los muchos obreros que no se sentían obreristas ni ácratas, que iban a misa o eran tan absolutamente libertarios que se negaban a comulgar con las tonterías bendecidas de los "chicos de la pipa" de los "grupos específicos" anarquistas y/o anarcosindicalistas. El juego del pistolerismo, muy conocido en todas partes, consistía, pues, en atentados personalizados entre organizadores sindicales de los unos y de los otros, patronos chulos ("a mi nadie me dice lo que tengo que hacer en mi taller") y operarios que iban a la suya, con un buen componente del "negocio de la protección" y con los policías metidos hasta las cejas. Con esto podemos trazar un vocabulario político de dos siglos: del bandolerismo decimonónico al   pistolerismo novecentista y, en la segunda mitad del siglo XX, al terrorismo. En resumen, una merienda de negros. Y el previsible juego de provocación-respuesta-provocación-respuesta. Huelga general y golpe de Estado, huelga general y boicot empresarial. Si los años de dinero fácil al abrigo de la neutralidad en la Gran Guerra de 1914-1918 trajeron un juego de entidades fantasmales, ahora el mismo juego se traspasó a la política, con entidades multiplicadas y sin contenido (como cuando liberales y mauristas intentaron registrar todo tipo de círculos locales más imaginarios que sustanciosos).

            Llegada a este punto, la política catalana se fundamentó en el bluf (farol), como suele pasar en tiempos de agitación cuando no se pueden contar votos. También en este punto constatamos la pobreza de la lengua catalana oficializada y fabriana para asumir los aspectos más oscuros de la propia realidad vivida en tierras de habla catalana: no hay sinónimos para el bluf de cartas o naipes, cuando todos los juegos importantes del país (el mentider, la botifarra) se basan en dar una falsa impresión a los adversarios. Por el contrario, los diccionarios ofrecen "fanfarronada", "fachenda", "presunción", "jactancia", o sea, términos que remiten al bragadaccio del militarismo españolista o a la ostentación más vacía, digamos al Cercle del Liceu o al Cercle Eqüestre, pero no a la esencia de las jugadas de los negocios y de la política que han sostenido más de un siglo de vida catalana.

            Durante la Dictadura de Primo de Rivera, de 1923 a 1930, nadie votó, así que el Gobierno hizo lo que quiso: el propio primorriverismo era un farol, ya que carecía del más mínimo fundamento legal. La proclamación de la II República fue asimismo un "órdago a la grande" que salió bien. Y el  renacimiento del anarcosindicalismo a lo largo de los años treinta, con sus revueltas antirrepublicanas, fue otra operación de escaparate: "un gigante con pies de barro", según el obrerista rival (y ex cenetista) Maurín. También lo fue el nacionalismo radical, lleno de Ejércitos de Cataluña que no luchaban y de "batallas de Prats de Molló" en las que no se disparaba ni un tiro.

            A lo largo de los años veinte, la prensa en catalán aumenta en cuanto a consumo, así como la edición, pero el cambio en 1931 demostró que comprar y leer no son lo mismo. La falsa realidad, desde entonces hasta ahora, ha sostenido un mercado en el que nadie lee, salvo unos cuantos que hacen de todo con tal de mantener las apariencias.

            Así pues, los años republicanos consagraron la tendencia a creer que las pretensiones asociativas eran resultados. En buena medida, el éxito tan fácil del golpe de Primo de Rivera en 1923 y la agitación callejera en 1931 convencieron a todo el mundo de que bastaba con aparentar para obtener el beneficio deseado. Con tan alegre criterio, media Cataluña se lanzó a la rebelión en octubre de 1934; y ayuntamientos y entidades públicas y privadas se solidarizaron con el Gobierno catalán, pero, después, se quedaron   sorprendidos al ser arrestados al día siguiente. No obstante, los militares que se impusieron cayeron en el también fácil error de suponer que sólo bastaba con sacar las tropas a la calle para que todos se encogieran; criterio equivocado, como comprobaron en el verano de 1936. Tampoco era tan sencillo, ya que todo el mundo se acostumbraba al vacío. La brutalidad de la Guerra Civil de 1936-1939, su naturaleza traumática, en resumen, tiene mucho que ver con esa ligereza acumulativa, de la que proviene la tendencia hispánica a creer más en la palabra y en su articulación formal que en los hechos, los costes y los precios a pagar.

            El franquismo fue consecuente con la tradición de la apariencia teatral, la política sonora e insustancial. Hubo un fuerte debate interno durante 1937   sobre el contenido nuevo del Estado Nuevo, que confrontó propuestas católicas y carlistas de índole corporativa con el nacionalsindicalismo verticalista de los presuntuosos falangistas, fachendas éstos sí, ya que si no se tenía en cuenta a los carlistas de verdad, no eran nadie (al menos en cifras), pero querían controlarlo todo, con el mejor y más moderno espíritu totalitario. Ganaron éstos últimos en la forma, pero no en el contenido, ya que la Iglesia Católica, muy partidaria de una sociedad civil bajo su control y purificada de discursos y liturgias competidores, se mantuvo en su espacio. La dictadura de Franco -siempre maximalista o vergonzante, "Estado imperial" o "régimen" por antonomasia - presentó una fachada totalitaria y una praxis interna de sistema muy poco ortodoxa, de andar por casa y en pantuflas, al menos mientras nadie los estuviera mirando.
 

"Rojoseparatismo" de retroalimentación

En resumidas cuentas, en Cataluña, el franquismo obligó a las entidades de la sociedad civil a someterse a una purga inicial y, luego, a mantenerse siempre bajo control. El sector católico más favorecido, el llamado opusdeísta - fuertemente vinculado a Cataluña (López Rodó) -, manifestó mediante la planificación el deseo preferente de una sociedad civil tradicional - o sea, monopolizada por la Iglesia - que, no obstante, lideraría el desarrollo económico, moral e incluso político de los españoles. En Cataluña, el protagonismo, que no liderazgo, de Porcioles indicó que el tejido local podía encabezar una recuperación, mientras los recursos estatales apuntaban a Madrid, capital pecadora que el régimen también tenía que corregir. El antifranquismo, en consecuencia, se embriagó con un pseudo-recuerdo de los años treinta: el rojoseparatismo de los tópicos franquistas en retroalimentación, invertido y tomado en serio, aunque nunca hubiese existido.

            La transición catalana, con un PSUC blando y frentepopulista, encarnación del nacionalcomunismo y pletórico de muchachos peludos que abandonaban el catolicismo social, confrontó un centro-derecha catalanista también post-católico (de aquí que asumiera la culpa de la Iglesia en su propia represión 1936-1937), pero que no podía admitirlo. Entre unos y otros, los "años treinta catalanes" fueron sintetizados en una nueva mitología que reimaginaba la sociedad civil como sindical, precisamente cuando los  sindicatos iban hacia un futuro de evaporación al iniciarse un cambio de gran profundidad en la naturaleza de la producción y el consumo en todo el mundo industrializado. El afán idealizador de los años treinta fue una equivocación grave, totalmente generalizada, fruto de percibir el pasado a través del verticalismo sindical y corporativo del franquismo, pero funcionó como un nuevo "sueño despierto". Quedó consagrado el sueño por el retorno de Tarradellas en 1977 y por la integración de un trozo republicano en la instauración de la monarquía juancarlista. La ficción de un pasado ideal reciente, a la vuelta de la esquina, ha demostrado ser adictiva para la opinión intelectual y política catalana, dispuesta con entusiasmo al sonambulismo.

            Así, la falsa memoria histórica, más o menos neocatalanista o neorrepublicana según las exigencias del guión, presidió la desindustrialización catalana, mientras los sectores de opinion-makers se funcionarizaban, como el resto de España, gracias a la invención del Estado de las Autonomías y de la ley fiscal de Fernández Ordoñez para pagarlo todo. En la medida en que encogía la base industrial catalana, el pujolismo lo reinventaba todo desde arriba, en espejo franquista, como inversión especular disfrazada de  autenticidad catalanista. A pesar de todo, la gran habilidad táctica de Pujol, que supo quedarse, durante dos largas décadas, con los sucesivos programas de las izquierdas, mientras él nadaba y guardaba la ropa, partía de un error de fondo garrafal. Como Prat, tuvo la inocencia de creer que la sociedad civil catalana realmente existía como algo sólido, que aguantaría su famoso  esquema de pal de paller. En la versión pujolista del sueño despierto, existía una Cataluña articulada bajo la pintura azul franquista: no haría falta nada más que quitar la pintura españolista, añadir prensa, radiotelevisión y escuela en catalán, y la patria resurgiría, naturalmente, como sociedad civil madura, mucho más madura que los pobres simulacros africanos que surgirían en las regiones loapizadas españolas. Así, cuanto más estimulaba el pujolismo el tejido asociativo y su sustrato económico desde una administración en expansión exponencial, más se encontraba con la sorpresa de que los fundamentos se fundían, hasta casi desaparecer literalmente, si no eran regados con regularidad con financiación pública. Los tripartitos maragallianos y montillescos que han sucedido al largo pujolato se han encontrado el "churro", del que han pretendido ser gestores, y así les ha ido.

            Algún día tendremos que despertar y soñar despiertos de una forma más plausible, si eso fuera posible.
(Texto de Enric Ucelay-Da Cal Catedrático de Historia Contemporánea. Universitat Pompeu Fabra)

lunes, 26 de marzo de 2012

La Soleá de Charamusco. Documentación.


José Loreto Romero, Charamusco, nació en Jerez en 1903 y murió en 1970.

Ha habido bastante polémica sobre la atribución de este estilo, aunque hoy en día se suele conocer como la soleá de Charamusco.

Parece ser que tanto Marchena como Mairena aprendieron esta soleá de José Loreto y Tío Parrilla en Jerez.

Antonio El Morao afirmó que José Loreto aprendió este cante del padre de Tío Parrilla, que era Juanichi El Manijero, quien a su vez lo aprendió de Frijones.

Sin embargo, los Soler señalan que el aire compartido por este estilo, Paquirri 4 y Triana anónimo 1 sugiere que los orígenes de esta soleá puedan ser anteriores a Frijones, y el cantaor y escritor Luis Caballero afirmó que un cantaor conocido como El Pancho cantaba un precedente de este estilo.

La filiación de este cante y hasta los personajes que presumiblemente lo hicieron posible han sido causa de no pocas polémicas que arrastran tras de sí un largo debate, al parecer todavía no cerrado para algunos aficionados.
Nosotros, sin ánimo de entrar en una polémica que consideramos absurda desde sus inicios, queremos exponer que las soleares que incluimos en la muestra como cantes de Charamusco responden a dos versiones: la de Pepe Marchena y las de Antonio Mairena. Fácilmente se aprecia que ambas versiones tienen un claro aire trianero.

Fue el cantaor y crítico de flamenco Luis Caballero quien nos informó que un precedente de esta soleá lo cantaba El Pancho. A Luis Caballero se la hemos oído con la letra “Pasé por Triana un día / y vi a la Torre del Oro / que campanas no tenía”. Tanto el primer tercio como la caída de esta soleá se mueve en patrones musicales muy característicos de otros estilos trianeros.

Esta soleá llega a Marchena y a Mairena desde Jerez; tanto Tío Parrilla como Charamusco se la enseñaron a ambos. Probablemente estos dos últimos la aprendieron en la Triana de los años cuarenta del pasado siglo XX de El Pancho o de algún otro. También hay testimonios que indican que este cante venía de Frijones. Como se observa, de seguir así, convergeríamos en reconocer la evidencia de que los progenitores de las incipientes músicas de nuestro arte están envueltos en muchas ocasiones en leyendas y misterios casi indescifrables. Quizá estos interrogantes de difícil solución sean un aliciente más que tiene este arte.

De todos modos entre ese ayer y este hoy se ha fraguado un estilo de soleá al que los artistas, estudiosos y aficionados han convenido en llamar como soleá de Charamusco. ¿Y por qué de Charamusco? ¿Por qué así lo quiso Mairena? Las razones pueden ser las mismas que nos hacen hablar de seguiriyas del Planeta, soleares de Silverio, del Mellizo, etc. Las dos versiones que nos han llegado difieren bastante, sobre todo por las concepciones tan diferentes que tenían de este cante Pepe Marchena y Antonio Mairena.

Introduzco aquí para su estudio tres apuestas estéticas con la soleá de Charamusco: la de Marchena, la de Morente y la de Mairena, colocadas en el orden de su aparición discográfica: Marchena en 1963, Morente en 1977 y Mairena en 1983 y, para los estudiantes de cante, una pequeña partitura para estudiar la melodía de voz de la variante de Marchena
 que es la más complicada de entender de oído pero preciosa por su forma ,cantidad de notas lanzadas en cada exhalación y ,a la vez, equilibrio
perfecto de los tercios .Un clásico. 


1 Pepe Marchena (1963). Con Paquito Simón a la guitarra. 

Sin cejilla por arriba (grabación original en-tonalidad de Mi).


Ir a desc
argar

Se observa que la conclusión es diferente que las de Morente y Mairena, que en las melodías de los tercios cuarto y séptimo se oye una floritura muy presente a lo largo de la discografía de este artista y, finalmente, aparece el "auy" característico de "Paquirri 4" al final del penúltimo verso.

 Con la cejilla al 7 por arriba (en la tonalidad de Si para estudio) Ir a descargar



La versión grabada por el cantaor de Marchena en su "Memorias Antológicas del Cante Flamenco por Pepe Marchena III" de 1963, tiene sus primeros tercios con un aire muy trianero. El resto del cante tiene rota toda la estructura musical propia de una soleá debido a los amaneramientos guturales tan característicos en este artista, que se preocupa más que en nada en dotar al cante de su sello particular.

Las tres letras que hace son “Reniego de los rosales” y “En la primera chocilla” y "Que lo lleven a la imprenta" diciendo antes de cantarlas: “Cante grande de Andujar: José Yllanda”. La primera de estas letras fue grabada por El Garrido en otro son distinto del que hace Marchena, el cual creemos que sí es de Yllanda.La melodía es de la soleá de Charamusco.

"Cante grande de Andújar, José Yllanda...

Reniego de los rosales
reniego de los rosales
no reniego de la rosa
no reniego de la rosa auy
que me regaló tu madre

reniego de las espinas
de las espinas reniego auy
pero no de los rosales


Y en la primera chosilla


Calidad del cante...
pa' los buenos aficionaos...Blas Palmas


Y en la primera chocilla
que pa' perendengue y el dengue auy
y mirasielo y barajilla
que pa' perendengue y el dengue auy
y mirasielo y barajilla


Que la lleven a la imprenta
que lo lleven a la imprenta
pa' que s'entere la gente
que lo que tú querer me cuesta eh
el querer de esta serrana eh
que lo lleven a la imprenta."


2 Enrique Morente con Pepe Habichuela ("Despegando"1977).

Sin cejilla por arriba (tonalidad de Mi)
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Morente comentó en una ocasión que había aprendido esta soleá a través de Mairena:

 M.Curao: También alimentó el tema la polémica que se originó con la soleó de Charamusco del disco "El calor de mis recuerdos" de Antonio Mairena, que salió después de morir y que se presentó como un original rescate y sin embargo, se empezó a cuestionar la originalidad, que sino era de Charamusco, que si era de Frijones, un paralelismo con una de José Illanda, que si ya lo hizo Marchena, y Enrique Morente. ¿Qué versión tienes tú de esta historia?

Enrique Morente: Yo lo he dicho, y lo dije en aquel momento muchísimas veces, es una variante de un cante clásico de José Illanda, del cante mismo de Cobitos. En mi primer disco, mucho antes de eso, ya grabé dos o tres variantes de ese cante. O sea, que para mí no era nuevo ese cante, pero siempre dije que era una versión que había escuchado de Antonio Mairena, de una cinta que me había dado un amigo mío y de Antonio, más de Antonio tal vez, que era Juan Antonio Muñoz, un muchacho de Aranjuez, me dio una cinta con unos cuantos cantes, y me dice: "no se la des a nadie porque no quiero que la tenga nadie", y digo: "no, no, no te preocupes que no se la doy a nadie", pero me la di a mí mismo... Ese cante lo aprendí de Antonio Mairena y lo hice a mi manera, pero en este caso, queriéndolo hacer lo mejor posible y casi igual. 


Luego sale otra galaxia, porque si cantas de verdad, no estás pensando en imitar, estás pensando en sentir, y por supuesto cambio alguna letra y otras las dejo. En esta cinta, Mairena tarareaba tres o cuatros cantes, que eran tarareados, no cantados... Antonio Muñoz ha sacado una cosa de Antonio Mairena, y esos cantes no los ha puesto, esa cinta debería haberla puesto, porque ahí se vería la diferencia con la versión que yo hago, que ya quisiera yo que fueran igual... 

¿Qué es lo que tiene que hacer un joven cuando escucha a un maestro?, aprender,¿no?. ¿Cómo se puede acusar e intentar difamar a un joven que aprende de un maestro? ¿En qué quedamos, que hay que aprender de Antonio Mairena o que no hay que aprender, o tienen que aprender todo los demás y yo no?

En aquella época hablaban hasta en los congresos de flamenco sobre la soleá esta, que de todas formas es una soleá clásica, que la ha cantado Valderrama, Marchena, y muchísima gente, pero mi versión está inspirada en la versión de Antonio Mairena... Y no sólo ese cante, otras muchas más cosas, que no lo he dicho porque no se ha terciado, me vienen de Antonio Mairena...


Yo no he estado nunca en ninguna corriente de estas, si estás con Marchena estás en contra de Mairena, si estás con Mairena estás en contra de Caracol, si estás con Caracol estás en contra de otro... Eso a mí, desde siempre, me ha parecido vergonzoso. Y yo he estado de parte de todo el que ha sido artista, en la guitarra, y en el cante. Por eso he cantado con tantos guitarristas diferentes... Yo esas corríentillas de "ah, tú eres amigo de El Lebrijano, pues ahora estoy en contra de Camarón". El Lebríjano es una gran cantaor, afortunadamente todavía en plenitud de facultades... Esas corrientes a mí me han parecido cicateras y mezquinas."


Observar la fragmentación del primer verso, con la melodía manteniéndose arriba en el cuarto grado:


Tú vienes
tú vienes vendiendo flores
tú vienes vendiendo flores
ay las mías son ama rillas
las tu uyas de todos colores
ay las mías son ama rillas
las tu uyas de todos colores

Y hasta que la noche llegue
hasta que la noche llegue
yo he visto mañanas tristes
tener las tardes alegres
nadie hable mal del día
hasta que la noche llegue.


Se lo pío
Se lo pío a un undebel
yo se lo pío a un undebel
si es que me daba li cencia
pa' yo volverte a querer
si es que licencia me daba
pa' yo volverte a querer


A la verde oliva
y a la verde oliva
que me están dando
dobles fatigas
que me están dando
dobles fatigas...




3 Antonio Mairena (1983). Con Pedro Peña.
Cejilla en el siete por medio (tonalidad de La)
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Parece ser que Mairena fue el último de los tres en grabar este estilo, aunque existe una grabación doméstica de 1976 en que canta este estilo (de la cual lo aprendería después Morente). En su disco de 1983 "El calor de mis recuerdos", Mairena grabó una ristra de estas soleás dentro de un contexto de bulería por soleá. El ejemplo a continuación es de cuatro versos, pero Mairena cantó estrofas de seis versos para la mayor parte de esta pista (la conclusión se repite con otro par de tercios distintos). La grabación se realizó sólo unos meses antes de la muerte del artista a los 73 años. Hay que señalar que en lugar de atribuir este cante a Charamusco, Mairena afirmó que su versión era una recreación.

Charamusco, Charamusco
cambiamos nuestros sombreros
tu sombrero estaba roto
y mi sombrero estaba nuevo
tu sombrero estaba roto
y mi sombrero estaba nuevo

Que tengo yo en mi memoria, primo
que, a mis años, recordar
a un gitano Charamusco
y cabarante posao real
¡Qué locura y que momento
y yo no lo pueo evitar!

Cuando yo a tí te he conosío, primo
y era bajo la madrugá
que yo me partí mi camisa
y él con muchas dotes cantar
y era por la frontera
y era por la madrugá.

Y como bendición de ahora
que yo no sabía adonde estaba,
metomé cuatro carretes
y del sentío prevaricaba,
y hasta que amanesió er día
y me fuí borracho a la cama.





 ole

viernes, 23 de marzo de 2012

Márquez el Zapatero y Eduardo Rebollar en El Dorado el jueves 22 de marzo: reviviendo los cantes de la Triana alfarera del Zurraque

Manuel Márquez Barrera (Villanueva del Ariscal, 1930), Márquez el Zapatero para el flamenco, es ya el único superviviente entre los cantaores que grabaron el excepcional disco La Triana del Zurraque (1982), testimonio de cantes y muy en especial estilos de soleá inéditos en registros fonográficos y sin embargo muy vivos hasta décadas antes en lo que se conoció como la Triana alfarera, la del Zurraque, un estilo propio diferenciado de La Cava y los gitanos.




El cantaor sevillano, acompañado al toque por Eduardo Rebollar, evocó estilos de cante y vivencias flamencas de las cuales él es el testimonio directo:

miércoles, 14 de marzo de 2012

Romance de Melisenda insomne. Versión del Niño Hardcore dónde se añade el Carpe Diem de la vieja criada a Melisenda.

3.1 Farluquito canta el Romance de Melisenda Insomne (en tono de Fa#)
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3.2 Farluquito canta casi leyendo la partitura el Romance de Melisenda Insomne (en tono de La#)
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3.3 Farluquito canta casi leyendo la partitura el Romance de Melisenda Insomne (en tono de Mi)
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3.4 Farluquito cantando-recitando leyendo la partitura el Romance de Melisenda Insomne (en tono de Mi)
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martes, 13 de marzo de 2012

Pepe de la Matrona.Entrevista y cantes grandes.

En este programa de Duendeando en Radio 3, partir del minuto 23, hay una entrevista a Pepe de la Matrona que se canta unas Livianas, Serranas, Soleá de Utrera,Rumba flamenca con sabor a Cuba, La Milonga de Pepa Oro que era hija de un torero,La Toná de tío Luís el de la Juliana.
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Romance de Zaide. Documentación.















































Romance de Melisenda insomne. Documentación.


Todas las gentes dormían en las que Dios tiene parte
mas no duerme Melisenda, la hija del imperante
que amores del conde Ayruelo no la dejan reposar,
salto diera de la cama como la parió su madre
(...)

-Si dormides mis doncellas, si dormides, recordad;
las que sabedes de amores consejo me queráis dar;
las que de amor non sabedes tengádesme poridad:
amores del conde Ayruelo no me dejan reposar.–

Allí hablara una vieja, vieja es de antigua edad:


–Agora es tiempo, señora, de los placeres tomar,
que si esperáis a vejez no vos querrá un rapaz.
Desque esto oyó Melisenda no quiso más esperar
y vase a buscar al conde a los palacios do está.






Pedro G Romero en la presentación de "Goyescas":
 
"Canción de Sepharad que salió de España en el siglo XVI y fue dando vueltas por toda Europa en las más diversas sectas y movimientos políticos radicales y que acabó siendo ,en la época cercana a la revolución francesa, una especie de himno jacobino secreto del círculo de Danton.
¿Qué es lo que hace que un romance como este se cantara aquí en Cádiz en la época de la revolución francesa?"


Tal vez ese extraño "Carpe diem" que lanza la vieja criada a Melisenda, excepción en el estilo de los romances de su época: "ahora es tiempo, mi señora, de los placeres tomar".


Si hemos nacido para "caminar sobre la cabeza de los reyes", Melisenda es la revuelta para el acabamiento del tiempo coagulado. Es la naturaleza humana que, al revelarse, se rebela.



1ª versión:   0307:8 Despertar de Melisenda (á) 
                                   (ficha nº:9371)
Versión de Sarajevo (Bosnia). Recitada por Mauricio Pardo Maestro (74a).

 Recogida en Madrid por José Manuel Fraile Gil, 1998.
(Archivo: ASFG; Colec.: Fraile Gil, J. M.). Publicada en Fraile Gil Rom-Panhisp.-2/CD 2010, vol. 1, corte nº 19, texto nº III.2bis, p. 2. Reproducida aquí con permiso del editor.  006 hemist.   Música registrada   (MP3 30 sec. clip). Versión completa (streaming media).

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     Noches, noches, buenas noches,    noches son de enamorar,
  2   dando vueltas por la cama    como el pexe en la mar.
     Aj, qué noches, la mi madre,    noches son de arribar.
     . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Variante: -2b la primera vez en una mar; la segunda, en la mar.
Nota: Al cantar se repiten los segundos hemistiquios, precedidos por Aj.





  versión   Romance de Melisenda Insomne, interpretado por Carmen Linares (cantado como el romance de la monja, un romance en tono menor, Mim al aire y Si7)





3ª versión:       
0307:6 Despertar de Melisenda (á)    (ficha nº: 8029)
Versión de
Turquía s. l. (Turquía).
Recogida en Seattle por David Romey, entre 1948 y 1950

 (Archivo: UWA; Colec.: Suzzalo-Allen Library). Publicada en Romey 1950, XI, pp. 46-47.  018 hemist.  Música no registrada.



     Noche buena, noche buena,    noches son de enamorar.
  2   --Donzellas, las mis donzellas    o dormís o espertáx.--
     Cuando las donzellas durmen    el lunar se va encerrar,
  4   dando vueltas por la cama    como el pexcado en la mar.
     --Alevantéx, vos donzella[s],    que amanecer amanecerá.
  6   Asentavos en la mesa,    que es hora de almorzar.--
     Ya se asentan frente con frente,    del amor se va a quemar.
  8   Ya se toman mano con mano,    ya se van a caminar.
     Ya se contan sus secretos    y se meten a llorar.


Nota: parece que la versión se interrumpe cuando la protagonista consulta con sus donzellas. Romey no identifica a sus informantes; "Turquía sín lugar" es una aproximación razonable.




versión:            0307:3 Despertar de Melisenda (á-e)            (ficha nº: 4442)

Versión de Tetuán (Marruecos).   Recitada por Alicia Bendayán (60a en 1983). 

Recogida en Ashqelon, Israel por Susana Weich-Shahak,25/09/1983 
 (Archivo: NSAJ; Colec.: Weich-Shahak, S.; cinta: NSA Y3995/2). 

Publicada en Weich-Shahak CRTS 1991 y 1994, Marruecos, corte 23 y Weich-Shahak 1997, texto con (notación musical , pp. 42-43. © Weich-Shahak. 

Reproducidas aquí con permiso de la editora.  

066 hemist.   Música registrada   (MP3 30 sec. clip). Versión completa (streaming media).


Todas las aves dormían,    cuantas Dios criaba y mades,
  2   non dormía Belisera,    la hija del emperante
     de amores del conde Niño    no podía sosegare;
  4   vueltas daba en la su cama    como pececito en mare.
     Salto diera de la cama    como la parió su madre,
  6   irárase una sayita,    no la tapó su brillale,
     cogió candil de oro en mano,    saliérase por la calle.
  8   Fuérase para los palacios    donde sus doncellas yacen.
     --Buenas noches, mis doncellas!    --Belisera, bien vengades!
  10   --Que las que sabís de amor    consejo me habéis de dare,
     y las que no lo sabían,    que se aparten a un lugare.--
  12   ahí se alhadró Clara Niña,    moza era y de antigua edades:
     --Gozáid vuestros días, niña,    gozáid vuestra mocedades,
  14   que así hici yo, mezquino,    cuando era de vuestra edade:
     aguardando condes y duques,    moza me hube de quedare.--
  16   Salto diera Belisera,    saliérase por la calle;
     se encontró con Martinico,    el alguacil de su padre.
  18   --¿Dónde vas tú, Belisera,    a `stas horas por las calles?
     mañana por la mañana    se lo diré yo a tu padre.--
  20   --Por tu vida, Martinico,    empréstame tu puñale;
     vengo a matar a los perros    que ladran por estas calles,
  22   toda la noche pasada    no me dejó sosegare.--
     Martinico, con amor,    la `ntregara su puñale.
  24   La cabeza entre los hombros    al suelo se la arronjare.
     --¡Vete ahora, Martinico,    ve y demándame a mi padre!
  26   Fuérase para los palacios    donde el conde Niño yace;
     golpecitos dio a la puerta,    nadie que la respondía
  28   si non era el conde Niño    que velaba y non dormía.
     --¿Quién es ése o cuál es ése    que a mi puerta combatía?
  30   --Belisera soy, el conde,    que de amor por ti moría.
     --Vete ahora, Belisera,    vete a casa de tu padre;
  32   cuando yo quiera mujer,    por ti yo habré de mandare.--
     Y al día por la mañana    las ricas bodas se hacen.



Nota: Título en el CD: Melisenda insomne.




















5ª versión:  0307:2 Despertar de Melisenda (á-e) (ficha nº: 3379)


Versión de Tetuán (Marruecos). Recitada por Clara Benaim (63a). Recogida en Madrid por José Manuel Fraile Gil, 13/12/1984 

(Archivo: ASFG; Colec.: Fraile Gil, J. M.). Publicada en Fraile Gil Rom-Panhisp.-1/CD, Primera Antología Sonora, 1992, v. 1, TECNOSAGA, KPD-(5)10.9004, corte 18.© Fraile Gil. Reproducida aquí con permiso del editor. 044 hemist. Música registrada (MP3 30 sec. clip). Versión completa (streaming media).

Todas las aves dormían cuantas Dios criaba y nacen;
2 no dormía Belisera, la hija del emperante.
Amores del conde Niño, que se quería llamare;
4 vueltas daba en la su cama como el que se vido en males.
Fuérase a la mar salada por dar descanso a su vida
6 dando vueltas como si fuera gavilane.
Encontróse con Martinico, el alguacil de su padre.
8 --¿Quién te trajo, Belisera, a estas horas de la noche?
Se lo diré al rey tu padre.
10 --Por tu vida, Martinico, empréstame tu puñale;
mataría yo a estos perros que ladran por la mi calle.--
12 Martinico, si(n) fortuna, ya le entrega su puñale.
Entonces Belisera le clavó sus puñales
14 y Martinico entregó su alma.
--Vaya ahora, Martinico, anda y díselo a mi padre.--
16 Fuese para los palacios donde el conde Niño yace.
Encontró siete candados, todos siete de metales
18 y entró hasta la su cama donde el conde Niño duerme.
--¿Qué tenéis, Belisera, qué nos truxo a este lugare?
20 --De tus amores, el conde, más que esto me harán andare.
--Vaite ahora, Belisera, vente en ca del rey tu padre;
22 mañana por la mañana te manda de a demandare.--
Otro día en la mañana las ricas bodas se hacen.


Notas: -1b nacen (frente al más común más o mase); -3ab Amores... llamare (en lugar del habitual De amores... finare; -4b en lugar de como pececito en mare; -6ab prescindiendo del salto de la cama para pedir consejo a sus damas, con este verso (cojo) Clara (Clara Leví, de soltera), hace resaltar la desesperación de la joven enamorada en el momento de su encuentro con el guardían de su padre. Título en la Antología: Melisenda insomne.
Notas de Fraile Gil: Se utilizaba como canción de cuna. Aunque nacida en Melilla, la informante heredó su saber romancístico de su madre, nacida y criada en Tetuán quien, muy anciana ya, vivía cuando grabé este tema en Argentina donde ha sido informante de varios investigadores.


6ª versión:  0544:1 La choza del desesperado (é) (ficha nº: 2940)
                    [0307 Despertar de Melisenda contaminando]

Versión de Sarajevo(Bosnia).Recogida por Laura Papo,08/01/1917

(Archivo: SHP; Colec.: Papo, Laura (Levy)). Publicada en Petersen-Web 2000, Texto. Reeditada en Petersen-Web 2000-2007, Texto.  020 hemist.  Música registrada.


     Noches, noches, la mi madre,    noches son de enamorar,
  2   Dando bueltas por la cama,    como el peje en la mar,
     Yir me quero, la mi madre,    ah, por los campos me yiré.
  4   Yerbisicas de los campos,    por pan me las comeré,
     Lagrimicas de los mis ojos,    por agua las beveré,
  6   Y en medio de estos campos,    castillos me fraguaré,
     Todo el que por ahí pasa,    ariva lo suviré,
  8   El que conte los sus males,    yo los míos contaré,
     Si los suos son más grandes    con pacencia los yevaré,
  10   Si los míos son más grandes,    del castillo abajo me echaré,


Notas: -3b la ah inicial bien podría ser por influencia del estribillo, ¡ah, ...!, repetido sistemáticamente como desdoblamiento del segundo hemistiquio. Con una sola variante (-3a lágrimas), la versión de Choza del desesperado que publica Baruch coincide con los vv 3-10 de esta versión manuscrita de Laura Papo, aunque sin el estribillo (reed. en Armistead 1971a, p. 45). La contaminación del romance Despertar de Melisenda (vv 1-2 arriba) ocurre también en otras versiones de Sarajevo, aunque minoritariamente. De las versiones de Melisenda y de la Choza fichadas en el Archivo Menéndez Pidal (5 y 6, respectivamente de Sarajevo), sólo 2 los combinan. En cambio la versión publicada en Jevrejski Glas (reed. en Armistead 1971a, p. 69), sí los funde y de una manera muy equilibrada (9 vv + 8 vv). Emplea, además, el mismo recurso de la repetición de los segundos hemistiquios tal como lo anotó Laura Papo (¡ah, noches son de enamorar!, etc.). Con todo, gana en coherencia nuestra versión al limitarse a aprovechar tan sólo los primeros versos de Melisenda insomne [IGRH: Despertar de Melisenda 0307] que evocan el clima psicológico, la gran inquietud de la joven. Para otras versiones que combinan los dos romances véase la que se publica en Crews 1979 y en Levy 1959-1973, nº 12. No figura el romance entre los que de joven Laura [Levy] Papo comunicó a Manrique de Lara en 1911.
    
7ª versión:
0307:1 Despertar de Melisenda (á-e) (ficha nº: 1627)


Versión de España. Documentada en 1650 en Pliego suelto s. l. n. a. Romance de la linda Melisenda glosado por Francisco de Lora [Praga I, pl. 33, 273-280 Dicc. 315] y Pliego suelto s. l. n. a. Glosa nuevamente hecha por Francisco de Lora [Praga I, pl. 34, 281-87 Dicc. 313]*. Reeditada en Wolf 1856b, Primavera y Flor de Romances, nº 198, vol. II, pp. 417-419. 082 hemist. Música no registrada.

Todas las gentes dormían en las que Dios tiene parte,
2 mas no duerme Melisenda la hija del emperante;
que amores del conde Ayruelo no la dejan reposar.
4 Salto diera de la cama como la parió su madre,
vistiérase una alcandora no hallando su brial;
6 vase para los palacios donde sus damas están;
dando palmadas en ellas las empezó de llamar:
8 --Si dormís, las mis doncellas, si dormides, recordad;
las que sabedes de amores consejo me queráis dar;
10 las que de amor non sabedes tengádesme poridad:
amores del conde Ayruelo no me dejan reposar.--
12 Allí hablara una vieja, vieja es de antigua edad:
--Agora es tiempo, señora, de los placeres tomar,
14 que si esperáis a vejez no vos querrá un rapaz.--
Desque esto oyó Melisenda no quiso más esperar
16 y vase a buscar al conde a los palacios do está.
Topara con Hernandillo un alguacil de su padre.
18 --¿Que es aquesto, Melisenda? ¿Esto qué podía estar?
¡0 vos tenéis mal de amores, o os queréis loca tornar!--
20 --Que no tengo mal de amores, ni tengo por quien penar;
mas cuando fue pequeña tuve una enfermedad.
22 Prometí tener novenas allá en San Juan de Letrán;
las dueñas iban de día, doncellas agora van.--
24 Desque esto oyera Hernando puso fin a su hablar;
la infanta mal enojada queriendo d` él se vengar:
26 --Prestásesme--, dijo a Hernando, --prestásesme tu puñal,
que miedo me tengo, miedo de los perros de la calle.--
28 Tomó el puñal por la punta, los cabos le fue a dar;
diérale tal puñalada que en el suelo muerto cae.
30 Y vase para el palacio a do el conde Ayruelo está;
las puertas halló cerradas, no sabe por do entrar;
32 con arte de encantamento las abrió de par en par.
Al estruendo el conde Ayruelo empezara de llamar:
34 --Socorred, mis caballeros, socorred sin más tardar;
creo son mis enemigos, que me vienen a matar.--
36 La Melisenda discreta le empezara de hablar:
--No te congojes, señor, no quieras pavor tomar,
38 que yo soy una morica venida de allende el mar.--
Desque esto oyera el conde luego conocido la ha;
40 fuése el conde para ella, las manos le fue a tomar,
y a la sombra de un laurel de Venus es su jugar.


Variantes: -12b que es vieja de antigüedad. Glosa nueva hecha por Franc. de Lora; -14b después de este verso lleva el texto entresacado de la Glosa de Lora los cuatro siguientes: Esto aprendí siendo niña, / y no lo puedo olvidar // el tiempo que fue criada / en casa de vuestro padre. //; -15b escuchar. Glosa de Lora; -21a yo era. Glosa de Lora; --26a hora Hernando. Glosa de Lora; -30a Íbase para. Glosa de Lora; -31b pasar. Glosa de Lora.
Nota: *Que la tradición en que está fundado este romance, [pertenece] al ciclo carlovingio, y que todavía tiene rasgos comunes con el cantar de gesta frances de Amis y Amilles, va probado en la edición de este último poema por C. Hofmann (Amis et Amiles und Jourdains de Blavies. Erlangen, 1852, in 8o pág. VI)

8ª versión: 
0307:5 Despertar de Melisenda (á-e)            (ficha nº: 5911)
Versión de
Tetuán (
Marruecos).   Recitada por Sahra Leví (61a). Recogida por Manuel Manrique de Lara, entre 1915 y 1916 (Archivo: AMP; Colec.: Manrique de Lara, M.). Publicada en Campa 1998, VI.I.21, pp. 261-262.  066 hemist.  Música no registrada.


     Todas las aves dormían    cuantas Dios criara y mase;
  2   no dormía Melisera    la hija del emperante,
     de amores del conde Niño    que se quería finare.
  4   Güeltas daba y en la cama    como la parió su madre,
     pusiérase una sayita    no la tapó sus briales;
  6   fuese para los palacios    donde sus doncellas yacen.
     --Buenas noches mis doncellas.    --Melisera, bien vengades.
  8   --Las que sabíais de amor    consejo me habéis de dare,
     y las que no lo sabían    que se aparten a un lugare.--
  10   Ahí se alhadró Claraniña    vieja era y de antigüedade:
     --Gozad vuestros días, niña,    gozad vuestra mocedade,
  12   así hice yo mezquina    cuando era de vuestra edade
     agradando a condes y duques,    monja me hube de quedare.--
  14   Como eso oyó Melisera    saliérase por la calle,
     encontró con Martinico    en el jardín de su padre:
  16   --Buenas noches, Martinico.    --Melisera, bien vengadeis,
     ¿qué haces, tú, Melisera,    a esta hora por la calle?
  18   Si tenéis mal de amores    o los queréis tomare,
     mañana por la mañana    se lo diré al rey tu padre.
  20   --Ni tengo yo mal de amores    ni los quiero yo tomare,
     por tu vida, Martinico,    empréstame tu púnale,
  22   mataría yo a los perros    que ladran por esa calle;
     medianoche ya es pasada,    no me dejan sosegare.--
  24   Martinico con amores    emprestóle su púnale.
     La cabeza entre los hombros    al suelo se la arrojare.
  26   --Vete agora, Martinico,    a decirlo al rey mi padre.--
     Ya se iba Melisera    donde el conde Niño yace.
  28   Golpecitos dio a la puerta,    que le quería quebrare.
     --¿Quién es ése o cuál es ésa    que a estas hora viene a hablare?
  30   --Melisera soy, señor,    que vengo en tu busquedade.
     --Vete agora, Melisera,    de a estas horas por la calle;
  32   mañana por la mañana    te demandaré a tu padre.--
     Otro día en la mañana    las ricas bodas se hacen.

9ª versión:

0307:7 Despertar de Melisenda (á-e)            (ficha nº: 9370)


Versión de Tetuán (Marruecos).   Recitada por Estrella Jalfón Benatar (73a en 2008). Recogida en Holón por Susana Weich-Shahak, en dos ocasiones, 12/08/1994 y 00/00/2008 (Archivo: ASFG; Colec.: Fraile Gil, J. M.y NSAJ Weich-Shahak, S.; cinta: NSA Y 6188a/12). Publicada en Weich-Shahak 1997, pp. 44-45. Notación musical. Reeditada en Jalfón Benatar 2008 +CD, El Tetuán de los sefarditas y Fraile Gil Rom-Panhisp.-2/CD, vol. 1, corte nº 18, texto nº III.2, pp. 71-72. Reproducida aquí con permiso del editor.  060 hemist.   Música registrada   (MP3 30 sec. clip). Versión completa (streaming media).


     Todas las aves dormían,    cuantas Dios criaba y nacen,
  2   no dormía Belisera,    la hija del emperante.
     De amores del conde Niño    que se quería finare,
  4   vueltas diera en la su cama    como pece vivo en mare.
     Saliera de su camita    que parece un gavilane,
  6   pusiérase una sayita,    no cubriendo su liviale,
     y fuese pa los palacios    donde sus doncellas yacen.
  8   --Buenas noches, mis doncellas.    --Belisera, bien vengades.
     --Que las que tenis amores    consejo me habéis de daré,
  10   y las que no los tenis    que se aparten a un lugare.--
     Ahí estaba Clara Niña, moza era    y de antigüedades.
  12   --Gozad vuestros días, niña,    gozái vuestras mocedades,
     que así hice yo, mezquina,    cuando era de vuestra edade,
  14   esperando conde y duque    moza me hube de quedare--
     Saliera Belisera,    saliérase por la calle,
  16   encontró con Martinico,    el alguacil de su padre.
     --¿Ánde vas tú, Belisera,    a estas horas por las calles?
  18   Mañana por la mañana    se lo diré al rey tu padre.
     --Por tu vida, Martinico,    empréstame tu puñale,
  20   mataría esos perros    que ladran por la mi calle,
     que de día ni de noche    no me dejan sosegare--
  22   Martinico, como es necio,    la prestara su puñale.
     La cabeza entre los hombros    al suelo se la arrojare.
  24   --Vaite agüera, Martinico,    cóntalo al rey mi padre.--
     Y fuese pa los palacios    donde el Conde Niño yace;
  26   golpes diera en la su puerta    que la quería quebrare.
     --¿Quién es este o cuál es este    que a mi puerta así combate?
  28   --Belisera soy, señor,    y vengo en vuestra busquedade.
     --Vaite agüera, Belisera,    vaite en ca del rey tu padre,
  30   que cuando quiera mujer    por ti yo he de buscare.--


Notas: La versión fue cedida por Estrella Jalfón Benatar, de casada Bentolila, quien la aprendió de su madre Oro Benatar. -6b liviale, "prenda o toca que cubría la cabeza y parte del rostro", según anota la informante en el cuaderno en que su madre había transcrito su versión. Se trata de una versión grabada en CD por la propia Estrella Jalfón Benatar-- CD que acompaña su libro El Tetuán de los sefarditas [Jalfón Benatar 2008, en la bibliografía]. Pero fue grabada ya en agosto de 1994 y publicada tres años más tarde por Susana Weich-Shahak [Weich-Shahak 1997, pp. 44-45]. Véase Antología Sonora II, 2010 [Fraile Gil Rom-Panhisp +2/CD], pp. 71-72, para más información sobre la historia del romance y su conservación por la familia Benatar. Para una imagen mejor de la notación musical de la versión más breve, grabada en Holón en 1994, tras pulsar en cualquiera de los enlaces a ella, sustituya la extensión "jpg" de la URL con ".pdf"