La estatua del Jardín Botánico supuso un punto de inflexión en la carrera de Radio Futura tras la remodelación de la banda con la salida de Herminio Molero y el asentamiento en el liderazgo de Santiago Auserón junto con el papel, también nuclear, del guitarrista Enrique Sierra.
A partir de La estatua del Jardín Botánico, se alejan definitivamente de los parámetros estéticos y musicales de la que se denominó como Nueva Ola, representada en el caso del grupo por el postureo epatante y muy comercial de Enamorado de la moda juvenil, para transitar a una nueva fase más comprometida con el rock experimental que les acabaría de asentar como el más destacado grupo de la Movida Madrileña con su siguiente álbum La ley del desierto La ley del mar.
Según declaracion del autor, Santiago Auserón, que, a la sazón, era en ese momento estudiante de Filosofía en Madrid, (Ver Nota 3), la inspiración del tema fueron una mezcla de la lectura de la Monadología de Leibniz, que tenía (sic)
“unas imágenes muy misteriosas que hablan de que dentro de cada estanque hay nuevos estanques y nuevos jardines, en el que siempre encontraremos nuevos peces y nuevas plantas. Esa imagen de mundos dentro de mundos me impresionó mucho.”;
y, también, de la escucha de Another Green Area de Brian Eno, teclista de Roxy Music que, recién, había abandonado la glamurosa banda británica para adentrarse en otros terrenos más experimentales.
La estatua del jardín botánico (Versión de El Niño Hardcore)
Voz de El Niño hardcore
Baterías, Bajos y guitarras eléctricas MIDI del programa Garage Band.
Un día más me quedaré sentado aquí
en la penumbra de un jardín tan extraño;
cae la tarde y me olvidé otra vez
de tomar una determinación.
Esperando un eclipse me quedaré,
persiguiendo un enigma al compás de las horas.
Dibujando una elipse me quedaré;
entre el sol y mi corazón,
junto al estanque me atrapó la ilusión.
Escuchando el lenguaje de las plantas
he aprendido a esperar sin razón;
soy metálico en el Jardín Botánico,
con mi pensamiento sigo el movimiento
de los peces en el agua.
Un día más me quedaré sentado aquí
en la penumbra de un jardín tan extraño;
cae la tarde y me olvidé otra vez
de tomar una determinación.
Esperando un eclipse me quedaré,
persiguiendo un enigma al compás de las horas.
Dibujando una elipse me quedaré;
entre el sol y mi corazón,
junto al estanque me atrapó la ilusión.
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