En la década de los setenta en un barrio cualquiera de una población cualquiera de la periferia de Barcelona todavía se podía disfrutar de una infancia en la calle y el campo estaba al lado de tu casa.
Aunque la transformación más bestia del paisaje de nuestra infancia no tardaría en llegar pues hoy en día no queda apenas nada de todo esto que intenté recordar dibujándolo.
Como se dice, ¡Qué bien pillao, colega! reconozco ese paisaje a la perfección, forma parte de mis más remotas imágenes de un pueblo de CDF que ya no existe sino en mi memoria: tu dibujo de memoria clavao, la destrucción de la Montañeta, y la irrupción del Barri Residencial de La Muntanyeta.
ResponderEliminarVidas entre el cole, la calle... y el solar, ese espacio mítico de nuestra infancia a tanto el metro cuadrado que ha dejado de existir en nuestros pueblos metropolitanos con ínfulas de urbe moderna.
Teníais vuestro impresionante Arbol de Tarzán, Can Baixeras... pero nosotros teníamos el Solar de La Casa Vieja, o La Casa de la Higuera, inmenso solar asilvestrado en el centro del pueblo , con su gran atracción , El Hoyo de KingKong, que cuando llovía se convertía en lago. En territorios así discurrían nuestras batallas infantiles, donde aprendimos a luchar y a asociarnos ("La Banda del Dragón Rojo"¡?), y también a encajar... pedradas, moratones y puntos de sutura...Contaremos algun día esas historias? (a nuestros nietos?)...#;)