sábado, 3 de noviembre de 2012

"Tú, cuya mano..." de Agustín García Calvo, en Canciones y Soliloquios (Lucina, 1976)

Tú, cuya mano me ha bañado
de un fuego transparente las espaldas,
cuyos ojos en claros naufragios hundieron
algunos principios elementales de mi alma,
tú eres mi patria.

Tú, que no tienes apellido,
que no sé si eres pájaro o si alcándara,
que de todos tus brazos las letras de plomo
cayéndose han ido, como si fueran nueces vanas,
tú eres mis padres
y mi patria.

 

Tú, que ni tú te acuerdas dónde
tendiste a orear las nubes blancas,
que de tantos amores que tienes confundes
el nombre de todos los días de cada semana,
tú eres mi Dios
y mis padres
y mi patria.

Tú, que tan dulcemente besas
que el cielo bocabajo se volcaba,
y que no se sabía de quién ya la lengua,
de quién la saliva, de puro sabrosa y templada,
tú eres mis leyes
y mi Dios
y mis padres
y mi patria.

Tú, que apacientas calaveras
por las praderas de la verde África
y a los rojos leones les echas de pasto
las rosas de leche de luna de Nuruquimagua,
tú eres mi ejército
y mis leyes
y mi Dios
y mis padres
y mi patria.

Eres mi ejército y mis leyes
y mi Dios y mis padres y mi patria,
y el ejército y Dios y las leyes y todas
las patrias y padres se creen que tú no eres nada:
que no eres nada.

Agustín García Calvo, en Canciones y Soliloquios (Lucina, 1976)


Aquí el texto que podía leerse en el programa de mano que aún conservo:

"Es una empresa un tanto desesperada ésta de ponerse a cantar y declamar poesía en un teatro. 


Porque es que los campos están bien delimitados: 

por un lado, canción para masas, más o menos roquera o cupletera, cada vez más pobres, desgraciadas y repetitivas las letras, y también las melodías, supliéndose esas faltas con los efectos de ruidos o de imagen y gesto del ejecutor; 

y por otro lado, la poesía de los poetas, literaria, muda y condenada al libro y a la lectura de unos pocos, poetas también o críticos de poetas, eternamente experimental y viéndose a sí misma inscrita desde el nacimiento en una Historia de la Literatura. 

Pero ello es que lo uno va con lo otro: que la desgracia de los géneros de consumo masivo está en correlación con la reclusión al libro de la poesía culta, su ausencia de la voz y el verdadero uso. 

Es esa separación lo que se ataca con intentos como éste: 

Amancio Prada y Chicho Sánchez Ferlosio han venido con sus artes y gracias haciendo revivir en voz y melodía algunas de las canciones, y por mi parte vengo ensayando, para el drama, pero también para la lírica, modos de declamación con recursos de la voz y el ritmo, públicos y casi teatrales, que se atreven a hacer sonar la poesía, por si sirve de algo. 

Y algo de esto es lo que vamos a ofrecer en estas sesiones del Español: cosa, como espectáculo, probablemente pobre y desairada; de modo que confiamos en que sean oyentes apasionados también por ese intento de rotura de la separación que digo los que acudan a escucharnos."

Agustín García Calvo




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